jueves, mayo 11, 2006

REVOLUCIÓN

Una joyita de Slawomir Mrozek....

En mi habitación la cama estaba aquí, el armario allá y en medio la mesa.
Hasta que esto me aburrió. Puse entonces la cama allá y el armario aquí. Durante un tiempo me sentí animado por la novedad.
Pero el aburrimiento acabó por volver. Llegué a la conclusión de que el origen del aburrimiento era la mesa, o mejor dicho, su situación central e inmutable. Trasladé la mesa allá y la cama en medio. El resultado fue inconformista. La novedad volvió a animarme, y mientras duró me conformé con la incomodidad inconformista que había causado. Pues sucedió que no podía dormir con la cara vuelta a la pared, lo que siempre había sido mi posición preferida. Pero al cabo de cierto tiempo, la novedad dejó de ser tal y no quedó más que la incomodidad. Así que puse la cama aquí y el armario en medio. Esta vez el cambio fue radical. Ya que un armario en medio de una habitación es más que inconformista. Es vanguardista.
Pero al cabo de cierto tiempo… Ah, si no fuera por “ese cierto tiempo”. Para ser breve, el armario en medio también dejó de parecerme algo nuevo y extraordinario. Era necesario llevar a cabo una ruptura, tomar una decisión terminante. Si dentro de unos límites determinados no es posible ningún cambio verdadero, entonces hay que traspasar dichos límites. Cuando el inconformismo no es suficiente, cuando la vanguardia es ineficaz, hay que hacer una revolución. Decidí dormir en el armario. Cualquiera que haya intentado dormir en un armario, de pie, sabrá que semejante incomodidad no permite dormir en absoluto, por no hablar de la hinchazón de pies y de los dolores de columna. Sí, esa era la decisión correcta. Un éxito, una victoria total. Ya que esta vez, “cierto tiempo” también se mostró impotente. Al cabo de cierto tiempo, pues, no sólo no llegué a acostumbrarme al cambio -es decir, el cambio seguía siendo un cambio-, sino que al contrario, cada vez era más consciente de ese cambio, pues el dolor aumentaba a medida que pasaba el tiempo. De modo que todo habría ido perfectamente a no ser por mi capacidad de resistencia física, que resultó tener sus límites.
Una noche no aguanté más. Salí del armario y me metí en la cama. Dormí tres días y tres noches de un tirón. Después puse el armario junto a la pared y la mesa en medio, porque el armario en medio me molestaba. Ahora la cama está de nuevo aquí, el armario allá y la mesa en medio.
Y cuando me consume el aburrimiento, recuerdo los tiempos en que fui revolucionario...

martes, mayo 02, 2006

Sed de cultura- 1° de mayo en Chile

(foto: Cristian Soto - Héctor Yañez )

Dónde, estimados lectores y lectoras inexistentes, habíamos visto tal sed de conocimiento. Quizás el reflejo de nuestra inacción en este ámbito que trae como consecuencias nefastas la necesidad para unos jóvenes cuyo más amplio deseo es instruirse, el tener que, en medio de una pácifica y reivindicativa manifestación, aprovechar el tumulto ambiente, para adueñarse de las herramientas básicas del estudiante: unos míseros cuadernos y quizás algúnos lápices.

Acto, como de costumbre, inmediatamente mal interpretado por los medios locales como "Vandalismo en pleno centro de Santiago".

No nos ilusionemos, la Sed de conocimiento se lee en los ojos ilusionados de estos jóvenes, su deseo más profundo de poder, mediante unos cuantos sacrificios personales, integrarse a nuestro mundo de igualdades competitivas.

¿Podemos, entonces, juzgar tan negativamente el momento de debilidad por el cual transitaron, con el sólo fin de alcanzar tan noble anhelo?

Sin embargo no están al final de sus penas, porque después de pedir prestado unos cuantos cuadernos, viene lo más dificil, la recuperación de una educación Libre y Gratuita para todos los chilenos.